Cookie Consent by FreePrivacyPolicy.com NdP: ¿HACEMOS DEBERES ESTE VERANO? | Col·legi Oficial de Pedagogia de Catalunya

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NdP: ¿HACEMOS DEBERES ESTE VERANO?

NOTA DE PRENSA


¿HACEMOS DEBERES ESTE VERANO? 


Cuando llegan las vacaciones escolares emerge, de forma recurrente, el debate entre defensores y detractores de los deberes de verano. El Col·legi de Pedagogs de Catalunya atendiendo a las sensibilidades que rodea esta controversia, quiere hacer su aportación pedagógica al debate que colabore a la reflexión sobre un tema del que no hay una respuesta unívoca

 

La tradición de mandar y de hacer los llamados deberes de verano ha entrado en crisis. Más concretamente, es la manera convencional de entender estas actividades la que ha caducado. El punto de inicio debería ser, que los padres y el profesorado se preguntasen quién necesita hacer deberes durante el tiempo de vacaciones. Esta pregunta la podemos responder, a grandes rasgos, centrándonos en las dos etapas educativas clave: la primaria y la secundaria. 

Si comenzamos por la secundaria, actualmente nos encontramos delante del hecho que hay alumnos a los cuales les ha quedado pendiente alguna asignatura y que tienen la oportunidad de recuperarla en Septiembre. Estos alumnos se encuentran con un tiempo extra para hacer algunas actividades que no son propiamente deberes en el sentido tradicional de la palabra, sino una especie de contrato de recuperación que concreta qué objetivos hay que cumplir, qué tareas hace falta hacer y con qué condiciones para presentarlas antes de que comience el nuevo curso y poder aprobar una materia que, por el motivo que sea, ha quedado pendiente. Dejamos abierto un debate posible sobre este aspecto en cuanto a la necesidad de ofrecer una ayuda eficaz al alumno que ha suspendido, con todo lo que esto comporta. Pero no es esta la etapa educativa de la cual queremos tratar en este artículo. 

Si nos centramos en la primaria, la cosa cambia pero no de una manera radical. Pensamos que es necesario evitar los planteamientos dicotómicos a favor o en contra de los deberes de verano. ¿Son necesarios, pues? Nos preguntábamos más arriba, ¿quién necesita que las niñas y los niños tengan deberes para hacer?¿Ellos mismos o sus padres? Si partimos de la base que durante todo el año los padres son los primeros educadores de sus hijos, más todavía lo son en tiempo de vacaciones. Y además, se debe tener en cuenta que los maestros no pueden estar al lado de sus alumnos mientras hacen las actividades recomendadas para el verano. De hecho, lo que está en juego es cómo ocupar el tiempo de ocio durante tantas semanas porque los casales de verano, las estancias, las colonias, llenan una quincena o dos pero el verano continúa y precisamente unos deberes bien pensados y personalizados pueden contribuir a tener alguna cosa positiva a hacer durante un rato porque hay tiempo para todo si se organiza. 

Está admitido por buena parte de la biografía pedagógica actual que la educación debe ser personalizada y se debe adaptar a los diversos ritmos de aprendizaje de cada alumno. Esta afirmación, pues, nos lleva a aceptar que en tiempo de vacaciones quien debe planificar esta personalización son las familias. De esta manera, ya no cabe la confrontación entre casa y escuela ni hace falta desautorizar la maestra o el maestro que ha sugerido determinadas actividades. Conviene aclarar, ya nadie recomienda hacer tareas monótonas, repetitivas y descontextualizadas, pero no es un dogma pedagógico pensar que si se hacen estas actividades, aumentará la calidad de los alumnos y la adquisición de las competencias clave.

Es necesario tener en cuenta también que hay niños y niñas a los que les gusta hacer un cuadernillo, resolver enigmas, hacer una comprensión lectora o un puñado de operaciones aritméticas. No hace falta frustrar esta inquietud, si realmente existe. A veces exageramos cuando tenemos tendencia a ver sólo los inconvenientes que supone dedicar un rato al día a hacer tareas del tipo intelectual que no tienen por qué ser siempre lúdicas. El tópico que afirma que el verano es para descansar, esconde un reduccionismo que, en realidad, equivale a pretender que no se estimulen las habilidades mentales durante dos meses largos cada año. No es que desde el COPEC estemos apostando por los cuadernillos y las fichas necesariamente pero no los menospreciamos sin más. Lo que sí queremos es, desde un punto de vista pedagógico, proponer algunas sugerencias alternativas: cocinar o ayudar, hacer un huerto, descubrir las posibilidades que ofrece la jardinería, programar algunas visitas culturales en familia, dejar espacio sobretodo para el juego libre con los amigos y las amigas, leer, escribir, hacer deporte, charlar, escuchar, ver una buena película, aprender a tocar un instrumento, distraerse, reir, hacer encargos, hacer tareas de casa para que nadie la confunda con un hotel, iniciarse en el bricolaje... Todas estas tareas son también una manera de hacer matemáticas, lenguas, reforzar competencias y habilidades, hacer educación física, ciencias naturales, música, etcétera. 

Sea como sea, parece razonable apostar por encontrar un espacio que haga posible respetar la libre decisión de cada familia sobre este tema tan discutido, por un lado, y dar respuesta a las necesidades e intereses de cada niño y de cada niña, por el otro. El papel de la escuela es colaborar, sugerir opciones, orientar. No es necesario que nadie se intercambie el rol que le corresponde. ¡Y menos aun el tiempo de vacaciones!

 

 

Junta de Gobierno
Col·legi de Pedagogs de Catalunya
Lleida, 30 de Junio 2015

Fecha de publicación: 1/7/2015