LA PEDAGOGÍA Y LA POBREZA. ¿TENEMOS LA RESPUESTA?
LA PEDAGOGÍA I LA POBREZA. ¿TENEMOS RESPUESTA?(1)
FRANCESC X. BALAGUÉ GEA
Colegiado núm.42
Barcelona, junio de 2012
Las condiciones socioeconómicas de los hogares sufren un deterioro y con ellas los niños que viven en estos hogares. La pedagogía trabaja sabiendo a quién se dirige, qué necesita, como está y con qué cuenta para sacar lo mejor de cada uno. A pesar de que la Pedagogía no tiene la RESPUESTA, sin la Pedagogía tampoco hay respuesta válida.
Los pedagogos/as y psicopedagogos/gas no nos planteamos nuestra actividad profesional diaria sobre sujetos teóricos. Trabajamos con niños o con adultos concretos, sea cual sea el ámbito profesional desde el que actuamos. Resulta una obviedad recordar que tenemos que analizar, entre otras cosas, los factores externos que inciden en los sujetos con los que interactuamos y que nos obligan a adaptar nuestra actividad a sus necesidades y a sus capacidades en cada momento.
Todos conocemos experiencias de altísima calidad pedagógica en centros dotados de las últimas novedades tecnológicas y con todos los medios deseables, pero también conocemos experiencias del mismo, o mayor valor pedagógico, en centros con escasez de medios y con alumnos con pocos estímulos intelectuales en su entorno familiar. La razón es sencilla de entender (provablemente no tanto de aplicar). La pedagogía ha trabajado (y trabaja), teniendo en cuenta a quién se dirige, qué necesita, en qué estado está y con qué medios cuenta y ha sabido hacer (y hace), sacar lo mejor de cada uno.
Desgraciadamente llevamos ya unos años, y si hablamos de niños 1 año es una eternidad, en qué las condiciones económicas, sociales y familiares de muchos hogares de nuestra casa están sufriendo un deterioro importante.
UNICEF ha publicado su informe sobre “La infancia en España 2012-2013. Impacto de la crisis en los niños [2].”
A todos estos datos y estadísticas se les pueden poner nombres y fisonomías. Y con la mayoría de estos niños la pedagogía interviene. Pero, ¿tenemos una respuesta desde nuestra práctica profesional?
A parte de las respuestas individuales de cada uno en su ámbito personal y laboral, creo que es necesario dar respuestas al menos en dos direcciones:
1.- Como colectivo que defiende que la acción pedagógica es un instrumento de mejora de nuestra sociedad, tenemos que denunciar con toda la rotundidad los daños que ocasiona a cada niño hoy, y provablemente en su futuro vital, el hecho que las medidas de "solución" de la crisis no preserven a los niños.
- Cabe recordar que no es indiferente, no es un gasto menor ni intranscendente, recortar presupuesto de los comedores escolares, del transporte escolar o de las becas para libros. En un momento donde las dificultades económicas de las familias son muy importantes, perder las ayudas que representan los comedores escolares o las becas, sólo puede empeorar la situación del punto más débil de la cadena.
- No es lo mismo que niños que están viviendo situaciones familiares más complejas, porqué el desempleo genera tensiones en la familia, no puedan recibir una atención suficientemente individualizada de sus maestros o profesores porqué aumentan las ratios y porqué las sustituciones por las bajas son mucho menores.
- No es lo mismo que los niños que viven y están escolarizados en nuestra casa, pero que no tienen la documentación en regla, tengan problemas para ser atendidos sanitáriamente, o que sus familias tengan que hacer frente a gastos sanitarios que no podrán asumir.
Creo que nuestro colectivo debe ser claro y contundente en este sentido. No se trata de negar la evidencia de la situación económica. Hay crisis, y es necesario reordenar los gastos. Pero se debe hacer con criterios que preserven, lo máximo posible, al colectivo más débil. En el mismo informe de UNICEF se dice “...el impacto en ellos (los niños) está siendo muchos menos visible cuando son precisamente los que menos capacidad tienen [individual y colectivamente] para enfrentarse a ella y a sus consecuencias."
2.- Como profesionales debemos tener la capacidad de analizar las consecuencias que tiene la crisis y el vivir en la pobreza para los niños con quienes trabajamos, o con los adultos, padres y madres, con quién también trabajamos y que pueden generar en sus hijos angustias, tensiones, cierres, aislamientos. Es preciso, pues, dar respuesta a las nuevas necesidades de los niños, tanto desde el entorno escolar, como el del ocio o el deportivo, como en los entornos de trabajo con los adultos que se encuentran desbordados por sus condiciones particulares y que pueden no ser conscientes de las repercusiones añadidas con las que están cargando sus hijos.
Creo que seis propuestas que hace la UNICEF en su documento para esta legislatura pueden ser motivo de reflexión, debate y adaptación en el contexo de la educación por parte de los pedagogos/as y psicopedagogos/as:
- Proteger las inversiones en los ámbitos que plantean desafios fundamentales en la infancia: pobreza, salud, educación y protección.
- Poner a los niños y las familias en el núcleo de las decisiones políticas que se adopten, tanto para la infancia como en general.
- Elaborar un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil.
- Promover la calidad, la coordinación la eficacia y la coherencia de la intervención de las diferentes administraciones públicas en relación con los niños.
- Recuperar la iniciativa de un Pacto de Estado por la Educación.
- Mantener el espíritu de los compromisos asumidos en el Pacto de estado contra la Pobreza respecto a la Ayuda Oficial al Desarrollo.
La Pedagogía no tiene la Respuesta, pero sin la Pedagogía tampoco habrá una respuesta válida.
(1) El artículo puede ser reproducido siempre que se cite la fuente y el autor.
[2] Accesible en Internet: https://www.unicef.es/actualidad-documentacion/publicaciones/la-infancia-en-espana-2012-2013
Fecha de publicación: 26/6/2012