CARLOS JIMÉNEZ "LA INTENCIÓN COMUNICATIVA EN EDADES TEMPRANAS EN EL TEA" EN PARLEM DE PEDAGOGIA

Carlos Giménez García (*)
Colegiado 1783
BARCELONA, 13 de enero de 2025

La comunicación social es un área que suele estar afectada en parte del alumnado con TEA. Es importante que, cuando existe alumnado con esta condición en el aula, el pedagogo/a y el psicopedagogo/a sepan cómo promover esta intención comunicativa, especialmente en aquellos casos no verbales. Este artículo quiere abordar las estrategias necesarias para hacerlo. 

¿Cuál es el papel del pedagogo/a y del psicopedagogo/a a la hora de abordar las dificultades en la comunicación de los niños/as autistas? Ambos profesionales se convierten en clave para asesorar al profesorado sobre cómo promover la intención comunicativa de esos niños autistas, especialmente en edades comprendidas entre los 0-6 años, sobre todo aquellos que no son verbales.

La comunicación es un área que suele estar afectada en parte del alumnado con TEA. Hay una alta prevalencia de este tipo de alumnado con esta condición en las aulas, por lo que es fundamental que los pedagogos/as y psicopedagogos/as, en su rol de asesores/as, entiendan qué es exactamente la comunicación y, sobre todo, que cuenten con un conjunto de estrategias que puedan explicar al profesorado para llevarlas a cabo en el aula. Trabajar en edades tempranas puede generar una optimización de sus habilidades comunicativas en el futuro y una reducción de su frustración por no ser entendidos.

Partiendo de esta premisa, es necesario explicar qué es la comunicación. Según Morales (2019), “la comunicación es un proceso que nos permite intercambiar información y establecer un tipo de relación social con las personas que nos rodean”. Esta autora añade que “es un proceso de gran importancia a través del cual las personas podemos compartir información, opiniones, sentimientos, experiencias y conocimientos”. Comunicar también es expresar información, y esta se puede transmitir a través de estereotipias, ecolalias, un pequeño instante en el que se produce contacto ocular y, incluso, a través de conductas disruptivas hacia las demás personas. Las conductas disruptivas muchas veces son causadas por un entorno que no está adaptado para estos niños/as, siendo estas conductas la manera que tiene el niño autista de comunicar. Tanto el pedagogo/a como el psicopedagogo/a deben tener en cuenta estas premisas para saber cómo adaptar el aula y reducir gran parte de la sobrecarga sensorial que puede sufrir un niño/a autista dentro de ella.

Los niños/as autistas tardan en desarrollar habilidades tempranas en cuanto a la comunicación verbal, ya sea la atención compartida, la utilización de gestos sociales, el juego simbólico o la imitación. Hay estudios que analizan el impacto que esto tiene en el alumnado con TEA y que afecta en muchos aspectos y contextos del día a día, como son las relaciones sociales con sus pares. 

Algunos de los retos que pueden tener los niños/as autistas en la pragmática del lenguaje son:

• Ecolalias, consideradas como “repeticiones no funcionales de lo que dicen otras personas”.
• Inversión pronominal, que no es otra cosa que referirse a la persona utilizando pronombres como tú o él.
• El habla idiosincrática que hace referencia al uso de términos que no tienen un sentido aparente.
• Utilización errónea o ausencia de habilidades no verbales como el uso de gestos.

Teniendo en cuenta estos indicadores, será necesario que el profesional de la pedagogía pueda asesorar a los equipos docentes sobre cómo llevar a cabo una intervención apropiada para el alumnado autista. Los pilares con los que se sustentaría el asesoramiento son (IMPACT, 2020):

1. Centrar la atención en el niño/a.

2. Adaptar la comunicación.

3. Crear oportunidades de aprendizaje.
4. Enseñar nuevas habilidades

A continuación, se explicará cada uno de estos pasos, siendo el primero el más básico y el último el que implica más complejidad y el uso de habilidades comunicativas más complejas por parte del niño/a  

 

ü Paso 1: Centrar la atención en el niño/a.

Es fundamental seguir la iniciativa del alumnado autista en las aulas. Tener en cuenta la iniciativa de los niños/as autistas será clave para saber qué les gusta y establecer puntos de conexión con ellos. Si se intenta que tomen juguetes o interactúen con cosas que no les interesan, probablemente se verá que, o bien su atención sostenida es mínima, o bien se distraen sin prestar atención.

 

ü Paso 2: Adaptar la comunicación.

Un elemento esencial es la atención conjunta, habilidad que se ha mencionado anteriormente. Adaptando la comunicación fomentamos esta habilidad, pero también el lenguaje verbal y no verbal exagerando ciertos estados de ánimo

 

ü Paso 3: Crear oportunidades.

Se trata de aquellas actividades que podemos realizar con el alumnado con TEA de ida y vuelta. Se vuelve a poner el foco de la intervención en la iniciativa del niño/a. Esto permite una oportunidad mayor de comunicarse. En este caso, se pueden llevar a cabo estrategias como interrumpir el juego del niño para ver su respuesta, enseñar cómo equilibrar los turnos y potenciar los gestos en la comunicación.

 

ü Paso 4: Enseñar nuevas habilidades.

Para aprender nuevas habilidades es importante establecer un conjunto de indicaciones y recompensas (no materiales) para los niños autistas. A partir de aquí, será esencial el modelado del adulto para adquirir estas habilidades.

Fecha de publicación: 13/1/2025