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MARTÍ TEIXIDÓ "DÍA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA" HABLEMOS DE PEDAGOGÍA
DÍA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA O DE LAS LENGUAS MATERNAS
Martí Teixidó Planas *Colegiado 841
Barcelona, 21/02/2024
El Día Internacional de la Lengua Materna es un claro reconocimiento a la diversidad de idiomas, de todas las lenguas. De la lengua recibida de la madre a la lengua de la madre tierra. Es necesario promover la lengua materna personal y en la escuela ofrecer la lengua común, valorando todas las lenguas.
La UNESCO acordó celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna a partir del año 2000. Es el 21 de febrero de cada año, conmemorando la lucha del pueblo de Bengala Oriental que había quedado integrado en el nuevo Pakistán y se le imponía la lengua urdu-hindi. Los estudiantes de la universidad de Dhaka se plantaron en 1952, el ejército paquistaní reprimió con armas de fuego y cinco estudiantes murieron. Posteriormente, Bengala oriental se convirtió en estado independiente en 1971 como Bangladesh y su lengua, el bengalí o bangla, es hablada por 189 millones de personas entre Bangladesh y Bengala Occidental que forma parte de la India.
Con esta conmemoración se reconoce el derecho y valor de la lengua de cada pueblo y se pone en cuestión el concepto de lengua oficial que extendieron las monarquías, que impusieron los imperios y que también impuso la república ilustrada en la escuela. El reconocimiento de las lenguas autóctonas, las del país de nacimiento, comienza a ser necesario cuando la Iglesia de la Cristiandad hacia el siglo X constata que los fieles no entienden el latín y la predicación y las oraciones deben hacerse en la lengua que hablan y entienden. Con la separación de las Iglesias reformadas o protestantes iniciada por Martín Lutero se traduce la Biblia a las lenguas de los pueblos y las prácticas religiosas también se realizan en las lenguas locales.
Comenius, iniciador de la pedagogía científica, partiendo de la psicología del niño y del entorno sociocultural, publicó en 1631 Ianua linguarum reserata (Puerta abierta a las lenguas), un libro bilingüe latino-checo para aprender ambas lenguas a la vez; el aprendizaje de lenguas constituye el núcleo más importante de la Didáctica Magna. Por los mismos años, Las pétites écoles de Port-Royal enseñaban el latín y a la vez el francés porque era la lengua materna de los niños. Un siglo más tarde, el párroco de pueblo ilustrado Baldiri Reixac seguía la misma orientación con más lenguas. Enseñaba a los muchachos en lengua catalana porque -dice- es la lengua propia de su patria y la lengua latina de cultura, que es la lengua de la Iglesia y la lengua española necesaria en el Reino de España y también la francesa que es una lengua excelente en el modo de pronunciarse.
A partir del filósofo lingüista Herder (1776) y el romanticismo alemán, la lengua identifica a un pueblo y así se impulsa la unificación de los estados de lengua alemana. También la unidad de las repúblicas italianas va ligada al sentimiento de una lengua común a pesar de la gran diversidad lingüística. En España se siguió el modelo francés y en 1768 el rey Carlos III impuso la lengua castellana para la enseñanza de primeras letras. En Cataluña hubo resistencia, la del obispo Climent en Barcelona que dijo que se enseñaría en catalán para aprender mejor, aunque también en castellano, y en las escuelas de pueblo, maestros o rectores parroquiales enseñaban en catalán; pero la escuela en castellano se fue extendiendo y con la Ley Moyano de 1857 se impuso a las ciudades. En comarcas había maestros que hablaban y enseñaban en catalán, pero los libros y escritos estaban en castellano. Barcelona con el Renacimiento recupera el catalán con los juegos florales y se inician acciones para realizar la enseñanza en catalán. El Congreso Nacional Pedagógico de 1888 en la Universidad de Barcelona, promovido por los maestros de enseñanza pública, trata tres cuestiones fundamentales: profesionalizar a los maestros con formación y sueldo, extender la enseñanza hasta la edad de doce años y realizar la enseñanza en catalán. El maestro Flos i Calcat abrió el Colegio Sant Jordi en El Masnou, en catalán, y promovió la Asociación Protectora de la Enseñanza Catalana, un movimiento para hacer la escuela en catalán, en la lengua de los niños/as.
Es a lo largo del siglo XX que se generaliza la reivindicación de la escuela en lengua materna, la lengua del país de nacimiento o de la tierra, la que los niños/as aprenden en casa y hablan cuando ingresan en la escuela a la edad de seis años. Es una utilización desviada reclamar hoy que cada niño reciba la enseñanza en la lengua materna. Y si se plantea hoy, en una sociedad multilingüe, con la diversidad de lenguas que hablan las familias, muchas migrantes, ya podemos pensar que no es razonable ni posible. Sin embargo, si la lengua identifica a un pueblo, aprender la lengua local es hacerse miembro del pueblo.
Debemos hablar de lenguas maternas en plural, la lengua que cada niño ha oído e interiorizado desde los primeros días de vida en su ambiente familiar. Es la lengua con la que construyen el pensamiento y desarrollan la comunicación sobre la que se incorporarán otras lenguas. Pensamos que hoy es más preciso hablar de lengua familiar considerando que existen niños/as que construyen el pensamiento y la comunicación entre dos o más lenguas que poco a poco van diferenciando sin dificultad. Esto es claramente favorable, pues la neurofisiología ha podido identificar que estos niños/as desarrollan una competencia plurilingüe que les facilita el aprendizaje de nuevas lenguas. Así, entre catalán y castellano existe una amplia área compartida y áreas diferenciadas si se aprenden en los primeros años de forma oral e intuitiva porque todavía no está suficientemente desarrollado el córtex prefrontal.
La realidad de la sociedad multilingüe y el conocimiento que tenemos del aprendizaje de las lenguas nos llevan a modificar la enseñanza de idiomas. En primer lugar, es necesario acoger y valorar la lengua materna o familiar de cada niño/a que, si no la conocemos, sí que la podemos escuchar en la escuela. En segundo lugar, hay que promover que cada niño/a en la escuela aprenda la lengua del país, de nacimiento para unos y de experiencia vivida para todos, que se convierta en lengua común y pueda asociarla o contrastarla con la suya. En tercer lugar, dejemos de hablar de lenguas extranjeras pues están muy presentes, están vivas, bien porque hay personas que las hablan, bien porque se pueden oír en los medios de comunicación.
La enseñanza de las lenguas es un asunto científico y profesional de la pedagogía, como hemos ilustrado con algunas referencias históricas. En pedagogía se acoge la lengua materna personal de cada niño/a que tiene tanto valor como las lenguas más habladas. Se garantiza que todos puedan aprender la lengua local, el catalán en Cataluña, que será la lengua común de comunicación para que puedan identificarse sin renunciar a la lengua materna personal. Se desvela el gusto por aprender lenguas, para captar las semejanzas y diferencias, especialmente de aquellas que se hablan en el entorno, y hablarlas bien, con rigor. La política sólo debe regular el marco para que los profesionales con conocimiento pedagógico tomen las decisiones organizativas y metodológicas adecuadas comunicando los resultados de aprendizaje.
* Martí Teixidó Planas, doctor en pedagogía y maestro. Colegiado 841, miembro de la Red de Expertos del Col·legi Oficial de Pedagogia de Catalunya. Breve CV https://www.pedagogs.cat/reg/ca/2576 - Twitter @martiteixido
Blog Educació ComunicActiva https://educacio-comunicactiva.blogspot.com/
Fecha de publicación: 21/2/2024