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“2020 - 2021. UN CURSO MARCADO POR LA PANDEMIA”
- Hechos que han marcado el año escolar.
- Aportaciones de la organización del curso que han significado una mejora, a pesar de la situación de pandemia.
- Propuestas de mejora por el próximo curso, desde una mirada de experiencia acumulada.
ALÍCIA PRATS PITARCH: Licenciada en Psicopedagogía. Psicopedagoga Departamento de Orientación Educativa de la INS CAN JOFRESA
Las medidas sanitarias, la confección de grupos estables, la enseñanza no presencial y los confinamientos grupales ante la detección de un caso positivo de COVID-19, han marcado el curso 2020-2021. Salir adelante en este curso académico no ha sido fácil, pero hemos ido haciendo camino, y podemos concluir que hemos superado los miedos, las incertidumbres y las angustias presentes al inicio de curso, así como también las diferentes circunstancias que se iban produciendo.
Los grupos burbuja y la posibilidad de trabajar con ratios más reducidos, ha facilitado una mayor atención pedagógica en el aula y de mayor calidad. Este hecho va de la mano del aumento de la dotación de personal docente, con la creación de las plazas de refuerzo COVID. Además, el planteamiento educativo híbrido ha posibilitado la introducción de otras metodologías de enseñanza-aprendizaje, incidiendo fuertemente en el trabajo de las competencias digitales del alumnado y ajustando las programaciones del aula a la situación particular de cada uno/a de los/de las alumnas del grupo.
Este curso excepcional ha implicado un verdadero sobre esfuerzo para los diferentes miembros de la comunidad educativa. El alumnado de ESO y estudios postobligatorios han visto afectada su cotidianidad por los efectos y secuelas de la pandemia, aflorando malestares de diversa índole (miedos, angustias, frustraciones, apatías, desmotivaciones, estados anímicos depresivos, autolesiones…) qué han tenido un gran impacto en su autoestima, dificultando su rendimiento académico. Habrá que incidir en la atención psicoemocional del alumnado, cuidando especialmente de su salud mental, y facilitar nuevas estrategias y recursos para que los equipos docentes, los pedagogos/as los psicopedagogos/as... puedan seguir acompañando a los adolescentes y muy especialmente a los más vulnerables.
La flexibilidad ha sido "la clave” para poder combinar modelos de instrucción no solo de manera alternativa sino simultáneamente: presencial, virtual y el modelo híbrido han sido la tónica, atendiendo a los confinamientos preventivos y necesarios que hemos vivido todos los centros escolares.
La situación nos ha permitido, casi de manera obligada, hacer una reflexión a fondo del sistema educativo en general, llegando a un análisis exhaustivo y franco de nuestro entorno más próximo, según nuestras responsabilidades a cada una de las escuelas. Esta reflexión nos tiene que llevar a mejorar procesos y marcar líneas de actuación claras y efectivas a todos los niveles y desde la pedagogía seguir acompañando no solo a nivel social, sino estar presentes activamente en la educación y de manera destacada en las estrategias que tienen que permitir las soluciones del impacto emocional de este momento que nos ha tocado vivir.
Este acompañamiento emocional es la primera piedra que tenemos que poner en la estructura educativa para cuidar a nuestros niños, jóvenes y adolescentes (y sus familias). Hay que hacer un buen trabajo este fin de curso y verano con tal de ser todos conscientes de la importancia de incluir estrategias y planes de acción en este sentido como parte de los planes anuales de Centro donde el foco sea el alumno/a, con sus necesidades, habilidades y particularidades, desde la tutoría, por ejemplo.
VICTÒRIA GÓMEZ SERÉS: Doctora en Pedagogía, vicepresidenta del COPEC. Orientadora y Docente a Secundaria y Bachillerato en la Escuela Arabell
No hay que decir que los hechos más significativos de este curso han sido los grupos burbuja, así como la frecuencia de cierre de estos. A lo largo del año escolar se ha normalizado el recibir notificaciones de Dirección comunicando el cierre de un grupo por confinamiento preventivo o por la ausencia de alumnado por contacto estrecho con algún positivo. Sin dejar de lado el Bachillerato con el 50% de presencialidad y la presión ante las pruebas de selectividad.
Estos hechos han creado la necesidad de una formación digital para el profesorado. Es cierto que cada vez más los docentes somos más tecnológicos, que nos hemos apropiado del uso de las pantallas y las conexiones, pero desde la perspectiva pedagógica aún falta coger el uso pedagógico de todos estos elementos que tenemos al alcance. No basta con conectarse para dar clase porque el alumno siga desde casa. Las competencias digitales se están consolidando como elementos básicos del espacio educativo. Por este motivo, pienso que en la sociedad del conocimiento en la que estamos inmersos hace falta una formación competencial basada en el modelo TPACHK (Technology, Pedagogy and contento Knoweldge) donde al conocimiento didáctico del contenido le sumamos el contenido tecnológico pedagógico más el conocimiento tecnológico del contenido.
La organización escolar en grupos más reducidos ha sido un acierto, dicho esto el hecho de perder especialistas para poder hacer de tutores/tutoras ha tenido una doble vertiente interesante. Por un lado, hemos podido descubrir docentes muy preparados para la tutoría y acompañamiento que quizás no habíamos descubierto, pero también hemos podido ver tutores/tutoras con poca formación para desarrollar este acompañamiento, y al mismo tiempo, profesionales poco preparados para impartir materias que hasta ahora estaban en manos de especialistas.
De cara al próximo curso, pondría el esfuerzo en la formación de los docentes tanto de primaria como de secundaria en dos vertientes. Como ya se ha dicho en una formación competencial basada en el modelo TPACHK, dando prioridad al conocimiento tecnológico pedagógico y el conocimiento tecnológico del contenido. En segundo lugar, y todavía más importante que el primero en la formación de los docentes de los diferentes niveles educativos- tanto obligatorios como postobligatorios- en tutoría y acompañamiento de los alumnos y sus familias.
Es cierto que en muchos casos es una función del orientador/a (pedagogos/as psicopedagogos/as...) del centro, pero quien primero tiene que hacer la criba, observar qué pasa, qué le pasa al alumnado… Tiene que ser el tutor/a e intentar entenderlo, comprenderlo y acompañarlo a lo largo del curso, tanto a nivel escolar como personal.
Así mismo han funcionado los protocolos de actuación en los pocos casos de brotes tanto en el alumnado como por el profesorado, con unas medidas claras aplicadas en función de la evolución de la pandemia. Con diferencias significativas según el CAP (Centro de Atención Primaria) adscrito en el centro en cuanto al aislamiento del alumnado, las cuarentenas, el estudio de los contactos, el establecimiento del «grupo de convivencia estable», el cierre y duración de las aulas...
Por otro lado, la comunicación con el alumnado y el profesorado ha sido mediatizada por la obligatoriedad del uso de la mascarilla. De este uso han surgido algunos colaterales como la dificultad para escuchar y entender a los otros y de habla con claridad, incluso un gran número de docentes ha optado por el uso del micrófono inalámbrico de solapa, al igual que la utilización de las mascarillas ha originado alergias y ahogos.
La comunicación telemática también ha sido mediatizada por las pantallas en cuanto a las entrevistas y las reuniones con las familias y entre el equipo docente, con una carencia de comunicación más espontánea, personal y directa. La parte positiva es que hemos salido ganando con la actualización digital y tecnológica del alumnado y del profesorado así como de las familias, puesto que la modalidad en línea ha venido para quedarse tanto en periodos de confinamiento como de presencialidad.
Un hecho remarcable es que la carencia del profesorado especialista en las aulas ha originado que el maestro-tutor único, además del currículum propio de su nivel, asuma alguna de las especialidades según el PEC de cada centro (la música, la educación física, la robótica, el inglés, el francés, la biblioteca, ...) con la consecuente pérdida de calidad de estas artes y disciplinas.
Hay que dejar constancia del acierto y viabilidad de las normativas concretas y adaptadas a cada realidad escolar que diseñaron y organizaron el verano pasado los equipos directivos, han resultado eficaces y eficientes, y han estado muy asumidas por los diferentes agentes de la comunidad educativa, dando tranquilidad y ayudando a la presencialidad durante todo el curso. Un buen ejemplo son los protocolos de movilidad en cuanto a las salidas y las entradas alternadas, las direccionalidades y los espaciados de las escaleras y de los pasillos, los recreos escalonados, los espacios diferenciados por cada grupo de convivencia, el aforo y utilización de los lavabos... Todo ha funcionado con total normalidad, incluso, la mejora en el funcionamiento de los comedores ha estado palpable con el establecimiento de los turnos y con la reorganización de la capacidad de comensales en una misma franja, teniendo en cuenta las distancias de los grupos estables.
El buen funcionamiento de estos “grupos estables de convivencia” ha generado, en escuela, una ganancia importante en el orden, el ruido, la armonía, la organización, etc. pero también hay que mencionar que se han perdido posibles interacciones sociales y escolares entre el alumnado. Para mitigarlo, se han diseñado los planes de tutoría, que han ayudado al acompañamiento emocional y a la cura del bienestar del alumnado y profesorado con especial control a los estados de ánimo, a los niveles de ansiedad y de motivación, al conocimiento, exteriorización y control de las emociones,…
Para el próximo curso hay que seguir con las medidas de higiene y seguridad que correspondan al nivel de la pandemia en cada momento, pero sobre todo es muy conveniente que el profesorado especialista vuelva a impartir sus disciplinas; hay que ampliar los departamentos de orientación psicopedagógica para atender a la diversidad desde la Educación Infantil; se hacen imprescindibles las interacciones de aprendizaje y lúdico-festivas entre el alumnado de diferentes grupos y niveles, así como la manipulación y utilización de los materiales didáctico-pedagógicos, de las aulas y de los espacios de la escuela; aun así habrá que poder salir al exterior, y llevar a cabo las entrevistas y las reuniones presenciales con las familias y los equipos docentes.
LAIA PINILLA MONCLÚS: Licenciada en Pedagogía. Coordinación y Asesoramiento Educación Infantil y Familias – Centro Cosetes de no res
Ha sido un curso que se preveía de gran complejidad y que generaba cierta angustia, inicialmente. Si bien es cierto que complejo lo ha sido, los equipos coinciden en decir que esperaban que fuera "peor". Después de un periodo de adaptación y familiarización en el cual la presencia de las familias a las estancias se ha reducido drásticamente en comparación con años anteriores, ha llegado un periodo de calma. La vida dentro de la escuela ha sucedido con normalidad, a pesar de la incomodidad de las mascarillas y el impedimento que han supuesto, por ejemplo, para explicar cuentos donde la expresión facial es clave. En los espacios familiares, en grupos burbuja reducidos, la dinámica no se ha podido mantener. Dos momentos, quizás, a destacar serían la oleada de casos que llegó después de Navidad, con el consecuente cierre de grupos; y el inicio de la campaña de vacunación del personal educativo y los efectos secundarios provocado por las vacunas.
Hay que destacar dos cuestiones relacionadas, por un lado, con los grupos burbuja y, por el otro, la comunicación con las familias. Ambos aspectos, a pesar de que encontramos una parte positiva, tienen también una parte negativa. En cualquier caso, es interesante hacer el análisis para ver qué podemos aprovechar y cómo podemos paliar las desventajas. En relación con los grupos burbuja, se percibe que han facilitado el conocimiento del grupo, tanto por parte de la educadora hacia los niños, como entre los niños mismos. La exclusividad de la mirada ha aportado un grado de conocimiento del grupo y de sus individuos más esmerado, exhaustivo y, en definitiva, profundo.
Llega el momento de valorar, tanto a nivel organizativo como pedagógico qué hemos descubierto y que ha sido positivo para el curso, así como cuáles han sido las dificultades que habrá que reflexionar y dar solución en el futuro, con lecciones aprendidas surgen las propuestas a tener en cuenta para el próximo curso.
- La introducción de otras metodologías pedagógicas de enseñanza-aprendizaje
- Planteamiento educativo híbrido, donde se ha puesto en práctica las competencias digitales, que se están consolidando como elementos básicos del espacio educativo
- El acompañamiento y atención psicoemocional del alumnado, a través de los planes de tutoría, que han ayudado a tener la cura del bienestar del alumnado y profesorado.
- Conocimiento más exhaustivo entre las personas que forman un mismo grupo de convivencia, que puede propiciar una mejora globalizada en la convivencia del grupo.
- Mejora en la organización diaria del centro escolar (entradas y salidas, gestión de espacios, comedor…)
- Protocolos adaptados a cada realidad escolar que diseñaron y organizaron el verano pasado los equipos directivos, a partir de las instrucciones del Departament.
- Unidad y responsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa, priorizando siempre las medidas sanitarias, ante los deseos individuales.
- La carencia de especialistas en contenidos específicos ha hecho bajar la calidad en la enseñanza de ciertas materias.
- La gestión de los grupos confinados, sobre todo en las escuelas donde la brecha digital ha estado presente.
- Las reuniones en línea han limitado la interacción y el contacto personal, a veces muy necesarios en las comunicaciones escolares, tanto con los equipos docentes y no docentes como con las familias.
- La gestión del uso de las mascarillas en determinados colectivos de alumnos.
- La interrelación necesaria por el desarrollo curricular entre alumnos, a veces ha ido en contra de las recomendaciones sanitarias.
- Aumentar el número de profesionales de los Departamentos de Orientación Educativa y de los Equipos de Atención Psicopedagógica, con la finalidad de:
- Disponer del tiempo necesario para la atención a la diversidad desde la Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria, y también en las etapas postobligatoria
- Tener tiempo para el acompañamiento y apoyo al alumnado
- Garantizar el acompañamiento social y psicoemocional del alumnado
- Incorporar de forma transversal al currículum de todas las etapas, la competencia digital del alumnado dirigido a los procesos de aprendizaje.
- Garantizar que todo alumnado, sin excepción, disponga de dispositivos y conectividad, de forma personal, para seguir su proceso de aprendizaje tanto presencial como a distancia.
- La vuelta del profesorado especialista para impartir sus disciplinas de las que son expertos/expertas.
- Planificar formación de los docentes de los diferentes niveles educativos- tanto obligatorios como postobligatorios- en tutoría y acompañamiento del alumnado y sus familias.
- Invertir en formación competencial digital de los equipos docentes para la integración didáctica del contenido tecnológico - pedagógico con el conocimiento tecnológico del contenido
Desde el Col·legi Oficial de Pedagogia de Catalunya se quiere reconocer a los equipos docentes por su valentía, compromiso y resiliencia al hacer frente a un curso tan complejo, consiguiendo ESCUELAS ABIERTAS y SEGURAS, a pesar de las dificultades. Reconocimiento extensivo a los profesionales no docentes, a las familias y a todo el alumnado, de todas las etapas del Sistema Obligatorio y Postobligatorio.
Ahora toca un merecido descanso de este curso denso e intenso, felicitamos al Departament d’Educació por apostar por las ESCUELAS ABIERTAS y porque el curso ha salido bien, pidiendo que las dificultades y limitaciones con las que se han encontrado los equipos profesionales puedan encontrar respuesta en forma de recursos, tanto económicos como de dotación docente y no docente.
Así mismo, pedimos al Departament que refuerce la dotación de pedagogos/as y psicopedagogos/as para qué puedan seguir, desde los Departamentos de Orientación y desde los Equipos de Atención Psicopedagógica, apoyando a los equipos docentes y a la dirección y a las familias, y lo puedan seguir haciendo especialmente en la atención a diversidad, tarea que le es tan propia, con tal de lograr, junto con los equipos docentes, la tan deseada educación inclusiva y de calidad.
¡Salud y Pedagogía!
Junta de Gobierno (*) Col·legi Oficial de Pedagogia de Catalunya 21 de Junio de 2021____________________________________
(*) Documento elaborado con el liderazgo de la VOCALÍA DE PEDAGOGÍA Y ESCUELA, con la coordinación de JOAN GAMERO (vocal de Pedagogia y Escuela), y la participación de ALICIA PRATS, IGNASI BAU, M. VICTÒRIA GÓMEZ, NÚRIA PEDRÓS y LAIA PINILLA . Validado per la Junta de Gobierno el 21 de junio de 2021.
Fecha de publicación: 22/6/2021