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PEDAGOGÍA Y MUJER. ESTADO DE LA CUESTIÓN

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¿Qué quiere decir Pedagogía y Mujer? ¿Qué imagináis cuando escucháis estas dos palabras?

EL PASADO: UN LEGADO DE MUJERES PEDAGOGAS QUE HAY QUE PONER EN VALOR

María de Maeztu fue una Pedagoga y Feminista que nació en 1881 en Vitoria. Fue una mujer privilegiada por la época dado que nació en el seno de una familia con un nivel sociocultural alto. Empezó a hacer docencia en la academia que su Madre tenía en Bilbao. María era una mujer inquieta que luchaba para que las mujeres pudiéramos tener las mismas oportunidades de formación y trabajo que los hombres. Su propósito fue apoyar a las mujeres inquietas y por este motivo impulsó la “Residencia de Señoritas” en 1915 en Madrid. María de Maeztu nos dejó un legado pedagógico no solo de su experiencia como pedagoga sino también gracias a sus viajes para conocer otros modelos pedagógicos y a sus conferencias por todo el mundo. Es una realidad que existen más mujeres pedagogas como ella, no están incorporadas en el imaginario de todos. Son más bien los hombres pedagogos quienes ocupan el lugar de las voces más autorizadas.

EL PRESENTE: SUFRIMOS LAS MISMAS SITUACIONES QUE EL RESTO DE MUJERES PROFESIONALES

En el 2020, más de 100 años después de Maria de Maeztu, M. Concepció Torres (Doctora en Pedagogía y Profesora de la URV) en una entrevista que le hicieron a raíz del Día de la Mujer, decía que las mujeres pedagogas nos veíamos afectadas por las mismas problemáticas que el resto de mujeres profesionales. Y que teníamos que trabajar mucho para dar visibilidad a nuestra tarea.
Para centrar cuáles son estas problemáticas actuales comunes de las mujeres profesionales, querría hacer referencia al estudio realizado en el año 2019 por la Comisión de Mujeres e Igualdad de la Intercolegial Catalana que agrupa a mujeres profesionales de más de 40 colegios de todo Cataluña y de sectores tan diversos como el tecnológico, sanitario, social, enseñanza, jurídico, económico y de la comunicación. Este estudio “Las mujeres profesionales en Cataluña. Situación actual y perspectivas de futuro”(*) pone en relevancia algunas de las problemáticas más críticas.
  • La primera, es que las mujeres estamos en roles de gestión pero no de liderazgo. Los hombres tienen un rol más visible, representativo y profesional. Se consideran las voces autorizadas.
  • La segunda, hace referencia a la existencia del famoso techo de cristal que existe para acceder en los cargos de responsabilidad. Es un techo de cristal porque no se ve pero no es nada fácil romper.
  • La tercera, nos habla de las grandes dificultades que tenemos las mujeres para compaginar la vida laboral, personal y familiar. Renunciamos a una parte y además nos perderemos las redes informales que se generan fuera de horas de trabajo. De hecho, la “Organización Internacional del Trabajo” afirma que las mujeres que son madres tienen salarios inferiores a las mujeres que no lo son. En un reciente artículo publicado el pasado 2 de Mayo del 2021, a raíz del día de la Madre, la publicación digital RRHHDigital(*) escribió que el mercado de trabajo penaliza a las mujeres después de ser madres. Esto se hace visible dado que el sueldo de las mujeres se reduce en un 11% durante el primer año y la caída puede llegar hasta el 33% una década después de su primer hijo o hija.
Volviendo a las ideas que compartió M. Concepció Torres, ella nos decía que había que romper con el estereotipo que relega la mujer a tareas de atención y cuidado de las personas. Y que había que poner en valor la pedagogía, no como una extensión de este rol sino como una clave para la transformación y justicia social. Personalmente, me gusta pensar que las pedagogas sí cuidamos, pero lo hacemos claramente en clave transformadora, no en clave “maternalista”. Es decir, lo que hacemos es poner las herramientas en manos de las personas para que por ellas mismas puedan crecer.

CUIDAR A LOS OTROS: DE ESTIGMA A FORTALEZA

Lo que es una realidad es que nuestra profesión tiene un estigma. Somos una profesión que “cuida” y además altamente feminizada. Ahora bien, me gustaría reflexionar sobre si este estigma del “cuidar” podría pasar a ser una de nuestras fortalezas.
La pandemia que todavía estamos viviendo ha puesto de relevo que la “cultura de cuidarnos entre nosotros” es necesaria. Más que nunca las organizaciones se han dado cuenta que había que empezar a mirar a las personas que trabajan de una manera holística y que por lo tanto había que cuidarlas como personas, más allá de su rol profesional. Así pues, si nosotras las pedagogas sabemos “cuidar” pues hagámoslo y expliquémoslo. ¿Qué cómo lo hacemos nosotras?
  • Lo hacemos con nuestra capacidad de empatía para escuchar a las personas y entender sus necesidades.
  • Con nuestra capacidad de iluminar las fortalezas que cada ser humano tiene.
  • Con nuestra capacidad de generar oportunidades de crecimiento en muchos ámbitos y además en la capacidad de hacerlo en entornos complejos, como los que estamos viviendo actualmente.
En todo caso, hay un buen trecho por hacer. Y lo tenemos que hacer entre todas. Volviendo al estudio que hizo la Comisión de Mujer e Igualdad de la Intercolegial, me gustaría compartir también algunas líneas de actuación que se proponen. Pienso que hay que tenerlas presente y trabajar para que sean una realidad en cada uno de nuestros entornos profesionales, sea cual sea.
  • Visibilizar mujeres referentes. Es una necesidad. Las niñas y las mujeres más jóvenes necesitan conocer mujeres referentes para inspirarse y marcar un norte en su propio camino de crecimiento y desarrollo personal y profesional.
  • Redes de apoyo. Por mi experiencia personal, las iniciativas de crear redes de mujeres profesionales y también red de mentorias entre mujeres, facilita la creación de un espacio de crecimiento compartido y de apoyo de mucho valor para todas las mujeres que participan.
  • Acciones de comunicación. La situación de desigualdad e insensibilización es una realidad, por lo tanto hay que ponerse manos a la obra con acciones de comunicación que nos permitan dar a conocer el valor que las mujeres aportamos. Cada una el nuestro, a nuestra manera y en nuestro espacio profesional. Personalmente pienso que debería haber espacio para la reivindicación y también para la construcción en base a explicar todo aquello que vayamos haciendo y aportando.
  • Políticas que favorezcan la corresponsabilidad y también la posibilidad de ocupar definitivamente los lugares de responsabilidad y decisión como mínimo en la misma proporción que los hombres. Anna Mercadé, pedagoga y directora del Observatorio Mujer, Empresa y Economía (Cámara de Barcelona) en una entrevista reciente que tuve el placer de hacerle, nos decía que si nuestra sociedad es 50-50, es necesario que las mujeres ocupemos también el 50% del espacio de los lugares de decisión. Solo así podremos lograr los retos actuales y de futuro de nuestra sociedad.

EL FUTURO, ESCRITO EN TINTA LILA

El futuro está escrito. En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 concretada en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Son una oportunidad para que los países y las sociedades emprendan un nuevo camino con el cual mejorar la vida de todas y todos, sin dejar nadie atrás. Las mujeres pedagogas tenemos mucho que hacer por esta agenda 2030, el objetivo 4 de educación de calidad, el objetivo 5 de igualdad de género y muchos otros.

Recientemente he leído el libro “Escribim el futur amb tinta lila”(*) donde Carme Forcadell describe la mentalidad de las mujeres que la han acompañado en prisión estos años. Y también expone todas las reivindicaciones por las que ella ha luchado en pro de las mujeres que están en esta prisión, para que puedan tener como mínimo lo mismo que los hombres. Carme Forcadell explica que un día se levantó y se dio cuenta que no había luchado bastante en una de sus reivindicaciones y que había que seguir luchando.

Inspirándome en ella y en su propósito de no desfallecer, me gustaría compartir este camino que tenemos las mujeres pedagogas para reivindicarnos y para ser conocidas y reconocidas en todos los ámbitos en los que podemos trabajar. Este camino pienso que pasa por tres ejes:
  • Cada una de nosotras. Reconociendo nosotras mismas como hacemos pedagogía, valorarnos y después explicarlo sin cesar. A todo el mundo y allá donde haga falta.
  • Todas las pedagogas juntas. Tenemos el lugar, nuestro Colegio Profesional que lucha día a día con un equipo de profesional entregado a la causa de poner en valor la tarea pedagógica allá donde se dé el hecho educativo. Y además del lugar, tenemos la herramienta más fuerte: la propia Pedagogía. Aprovechémosla también para explicar al mundo lo que sabemos y podemos hacer.
  • Juntas con todo el resto de personas de tantas y tantas profesiones diversas. El paradigma de la inteligencia colectiva es la nueva manera de trabajar y de resolver los retos trascendentes y globales con los que la humanidad nos enfrentamos. Solo si somos conscientes que tendremos que trabajar juntas todas las profesiones, generaciones, talentos, etc. podremos hacerlo y conseguir aquella agenda 2030.
¿Qué decís? ¿Os animáis a escribir el futuro con tinta lila? 


Alicia Linares Roger
Vocal de Pedagogía y Empresa
Mimebro de la Comisión Mujer e Igualdad de la Intercolegial Catalana

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(*)

Ponencia impartida en CONVERSACIONES PEDAGÒGICAS impulsadas por la Facultat d’Educació i Psicologia de la UdG, con la colaboración de Ser.Gi y COPEC, en el marco de les PEDAGOGIAS FEMINISTAS

Comissió de Dones i Igualtat: ESTUDI "DONES PROFESSIONALS A CATALUNYA" https://www.pedagogs.cat/reg/ca/4584

“La mitad de los empresarios españoles considera la maternidad como el gran freno al desarrollo directivo de las mujeres” http://www.rrhhdigital.com/secciones/conciliacion-e-igualdad/146802/La-mitad-de-los-empresarios-espanoles-considera-la-maternidad-como-el-gran-freno-al-desarrollo-directivo-de-las-mujeres?target=_self

Forcadell, C. (2021) Escrivim el futur amb tinta lila. Barcelona. Ediciones Destino

Fecha de publicación: 5/5/2021