ELumbreras, GFernández, CSolé: LA RAZÓN DE SER DE PEDAGOGOS/GAS EN UN EAP

El pedagogo/a anda junto a las personas para orientar, asesorar, evaluar, apoyar, buscar estrategias/alianzas y planificar respuestas. Es el eje central, fundamental e imprescindible en el Centro Educativo y, a lo EAP, es básico e insustituible por el mirar y sentir de su tarea.

El Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya describe a los EAP como “equipos de Asesoramiento y orientación psicopedagógica que forman parte del equipo multiprofesional de los servicios educativos de zona, los cuales apoyan y ofrecen asesoramiento en los centros educativos públicos y privados concertados de niveles no universitarios.

Lo EAP, en línea de la multiprofesionalidad, tiene tres perfiles profesionales: fisioterapeuta, Trabajo Social y psicopedagogía, que apoyan en los centros educativos en la atención a las necesidades educativas de acuerdo con las líneas estratégicas y unas prioridades marcadas en los documentos de organización y gestión del SE.

Este apoyo en los centros educativos se concreta en el asesoramiento al profesorado y a los equipos directivos y acompañamiento a las familias. La atención al alumnado se lleva a cabo mediante un abanico de intervenciones que van desde la evaluación psicopedagógica y social del alumnado hasta la planificación detallada de las respuestas más adecuadas a las necesidades que presentan. Estas acciones mencionadas se hacen, indiscutiblemente, con un trabajo en red de los diferentes agentes educativos, sociales y de salud de la zona. Este trabajo se configura, pues, a partir de la confluencia de miradas desde los diferentes ámbitos que conforman la persona, convirtiendo la acción de lo EAP en una acción biopsicosocial, es decir una tarea multidisciplinaria.

Si destacamos alguno de los términos más inherentes a esta acción mencionada conjugaríamos, sin duda, el verbo “acompañar” en el sentido más etimológico de la palabra “compartir tiempo y espacio con alguien más”. Y justamente hay un profesional educativo que tiene como eje central de su esencia esta tarea de acompañante. Ya nos explica Xavier Ureta[*ii] en su tesis doctoral (2014) que a la antigua Grecia había un esclavo que literalmente conducía a los chicos, que los acompañaba, que los hacía de guía y que a este esclavo se lo denominaba pedagogo.

Todavía hoy el pedagogo y la pedagoga tienen esta función de guías educativos, de ser personas que andan al lado para orientar, asesorar, evaluar, apoyar, buscar estrategias/ alianzas y planificar respuestas.

Por lo tanto, como el mismo nombre de EAP: equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógico lleva implícita, la figura y el papel de los pedagogos y pedagogas en los EAP , y en los centros educativos, es básico e insustituible por ningún otro profesional que no tenga esta raíz, esta mirada y este sentido a su tarea profesional.

Lo más rico de un equipo es que sea multidisciplinario. Cuando compartimos los casos se valora de una forma positiva que el equipo de psicopedagogos/gues del EAP esté formado por diferentes tipos de profesionales (psicólogos/as, pedagogos/as y psicopedagogos/as), aportando cada cual, desde su vertiente, su punto de vista valioso. No olvidamos que nuestra función principal es como PSICOPEDAGOGO/A, es por lo que estamos contratados.

Los pedagogos y las pedagogas necesitan, indudablemente, de la mirada compartida con otros agentes de diferentes ámbitos, que ejercen sus funciones más clínicas como lo CSMIJ(*), más sociales como los Trabajadores/nada Sociales o más expertas en temas concretos como el CREDA(*), CRETDIC(*), CREDV(*), etc.

Mirada que completa la respuesta holística y sistémica que hace que, desde los EAPs, se dé en los centros, a los alumnos y a sus familias. Este sentido holístico y sistémico se entiende desde cada profesional que ocupa su lugar dentro del sistema, cumpla sus funciones, respete su espacio y tenga los dos pies muy anclados en tierra.

Las escuelas y los institutos son ámbitos educativos donde la mirada y la acción tienen que ser educativas propiamente y no confundirlos con espacios más terapéuticos o clínicos, pues hay otras instituciones y centros que, siendo muy necesarias, ya se ocupan exitosamente de esta tarea.

Es fundamental la coordinación entre todos/todas los/las profesionales de forma que todos los engranajes funcionen, se complementen y pongan a trabajar el sistema para dar respuesta en los protagonistas, los niños y jóvenes de nuestro país.

En este contexto, no hay ninguna duda que la figura del pedagogo y la pedagoga es fundamental e imprescindible, en cualquier entidad que tenga finalidades educativas y los encontraréis siempre junto a las personas, andando bien cerca y adaptándose a su paso, haciendo lo que mejor saben hacer: ACOMPAÑAR.