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J.VILADROSA "EL MODELO DE FORMACIÓN PERMANENTE DEL PROFESORADO EVOLUCIONA"
Jordi Viladrosa Clua Colegiado núm. 37 Roselló, 25 de noviembre de 2020
La transformación educativa no será viable solo con procesos formativos, sino que hace falta un norte pedagógico claro y acciones formativas coherentes para los docentes. Si queremos responder a la demanda social debemos cuestionar si hace falta cambiar el currículo o si tenemos que transformar el modelo metodológico especialmente en la utilización de las tecnologías.
Hace unos meses, parte del profesorado se encontró de repente conectado a una cámara web para dar clases a sus alumnos expectantes ante la novedad que suponía este modelo de educación a distancia. Salvo los que ya son profesionales del aprendizaje virtual como pasa en la ”Universitat Oberta de Catalunya” (UOC) o los centros que imparten ciclos formativos en línea, la gran mayoría de profesores optó por la aplicación directa de sus conocimientos -muchos o pocos- sobre esta nueva modalidad que no tiene nada que ver con reproducir el modelo presencial de las aulas y para la autoformación acelerada. Fue una respuesta ad hoc a una necesidad sobrevenida que, desde mi punto de vista, se superó de manera satisfactoria a pesar de todas las dificultades.
Naturalmente, no es esta la manera más adecuada de dar respuesta a las nuevas necesidades que van aflorando a la profesión de docente y solo se entiende como acción de urgencia para alcanzar el objetivo de las necesidades educativas y personales de todos los alumnos que tienen derecho a la enseñanza obligatoria. De hecho, incluso nos llegamos a creer que esta crisis revolucionaría el sistema educativo y que saldría reforzado porque se incorporarían más docentes, la innovación se aceleraría y, una vez devueltos a las aulas, veríamos cambios notables en el sistema. Creo, sin embargo, que no ha sido así.
“La cuestión clave a considerar es que los cambios no se improvisan y que las normativas de las administraciones educativas no los promueven necesariamente.”
La cuestión clave a considerar es que los cambios no se improvisan y que las normativas de las administraciones educativas no los promueven necesariamente. La formación continua es la respuesta. Pero no cualquier modelo formativo asegura que lo que se trabaja en un curso consigue la transferencia que se espera hacia la realidad docente cotidiana y menos aún, que los cambios pretendidos se acaben consolidando. Estamos ante una crisis sanitaria que nos facilita la oportunidad de cambiar la manera de trabajar, de colaborar entre nosotros y también de formarnos aprovechando el impacto que están teniendo las diversas plataformas de formación en línea, tanto en nuestro sector como en todos los demás.
¿Cómo afectará la transformación digital en la profesión?
En los últimos ocho o diez años, la transformación digital se ha ido incorporando a las empresas de manera progresiva. Las instituciones educativas también han dado este paso, pero de manera desigual y sin que se pueda afirmar que se ha consolidado. Las competencias digitales del profesorado se encuentran todavía en una fase inicial y suerte tenemos los que, a pesar de la insuficiencia de recursos funcionales y materiales, pasan delante y tienen la generosidad de compartir lo que hacen a través de múltiples canales como por ejemplo los diversos tutoriales que podemos encontrar en You Tube o Vímeo entre otros. Solo este detalle ya nos facilita una autoformación concreta cuando nos encontramos con una necesidad específica. No descubrimos nada nuevo, pues, si afirmamos que la formación continua es esencial; es lo que hemos llamado “formación a lo largo de la vida”. Según los expertos, el mercado laboral –el sector educativo no es una excepción- pide profesionales flexibles que se adapten a las circunstancias siempre cambiantes. Y ahora más que nunca, tenemos disponible una amplia oferta formativa.
La transformación educativa que necesitamos no será viable solo con estos procesos formativos, digamos, individuales y a demanda de necesidades personales, sino que será necesario que las organizaciones educativas tengan un norte pedagógico definido y diseñen acciones formativas coherentes que deberán cursar todos sus profesionales de manera que lo que se imparte y se trabaja en los cursos tenga una transferencia real a las didácticas aplicadas de los diversos ámbitos educativos. El modelo de formación actual, que sirve básicamente para acreditar un hito laboral, no asegura una influencia real en el desarrollo profesional de los que participan ni en la organización misma. Los cambios, las innovaciones, no se alcanzan con una colección más o menos nutrida de certificados.
“Los cambios, las innovaciones, no se alcanzan con una colección más o menos nutrida de certificados.”
Hacer frente a una insuficiente competencia digital por parte de los profesores debe que ser una de las prioridades de la formación permanente porque que estas habilidades se han convertido en una necesidad transversal que debe facilitar la superación de un grado considerable de analfabetismo digital que la pandemia ha hecho transparente [iii]. Este hecho forma parte de una de las previsiones de la estrategia digital que presentó la Comisión Europea a principios de este año 2020 con el fin de “capacitar a las personas con una nueva generación de tecnologías”. En esta línea, el objetivo del plan de acción en educación digital (2021-2027) es que la educación y la formación se adapten a la era digital. Este plan tiene dos prioridades estratégicas a largo plazo y una de ellas prevé “mejorar las habilidades y competencias digitales desarrollando pautas para los profesores para fomentar la alfabetización digital y afrontar la desinformación”.
¿Hay que cambiar el currículo escolar?
Pienso que compartimos el hecho que nos encontramos ante el reto que nuestros estudiantes acaben la etapa de estudios secundarios habiendo alcanzado las habilidades necesarias para resolver problemas, ser aprendices autónomos, saber trabajar en colaboración con otras personas y otras destrezas de pensamiento. Deberíamos que preguntarnos si preparamos suficientemente bien a nuestros alumnos para una sociedad VUCA (acrónimo en inglés para describir entornos donde la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad son elementos a considerar). Si queremos responder adecuadamente a esta demanda social emergente debemos cuestionar si hay que cambiar el currículo o si, como mínimo, tenemos que transformar nuestro modelo metodológico especialmente con la utilización en el aula de las tecnologías adecuadas. Las empresas necesitan perfiles profesionales y personales que a la escuela aún está lejos de proporcionar. Y es que nadie da lo que no tiene. Por lo tanto, los profesionales de la enseñanza debemos dar prioridad a nuestra propia formación en todas estas competencias y ver las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y las TAC (Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento) como buenas aliadas en este proceso que nos permite aprender, intercambiar conocimientos, colaborar entre iguales y, en definitiva, no dejar de aprender mientras educamos.
Referencias bibliográficas
Aprender a aprender: el círculo virtuoso de la confiança. Consultado 16 noviembre 2020 des de https://humannova.com/aprender-a-aprender-el-circulo-virtuoso-de-la-confianza/
Calatayud Salom, M.A. (2020). La formació del professorat en l’escenari actual. Desafiaments i oportunitats. Consultado 13 de noviembre 2020 des de https://hdl.handle.net/10550/75968
Garrad, L. (2020). What are the Skills needed to Create a Culture of Lifelong Learning_ _ myHRfuture. Consultado 12 noviembre 2020 des de https://www.myhrfuture.com/blog/2020/9/30/what-are-the-skills-needed-to-create-a-culture-of-lifelong-learning
Meneses, N. (2020, 7 d’octubre). Entrevista amb Jeff Magioncalda. Consultado 16 noviembre 2020 des de https://elpais.com/economia/2020/10/07/actualidad/1602063943_874241.html
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Artículo publicado en IMPULS EDUCACIÓ https://impulseducacio.org/2020/11/20/el-model-de-formacio-permanent-del-professorat-evoluciona/ el 20/11/2020 Jordi Viladrosa Clua doctor en Pedagogía y profesor de secundaria, miembro de la Red de Expertos del Colegio Oficial de Pedagogía de Cataluña.https://www.pedagogs.cat/reg.asp?=s&id=2018&i=ca @jordiviladrosa https://www.viladrosa.cat/ [iii] Los datos de TALIS de 2018 muestran que, en promedio, las actividades de formación relacionadas con las competencias digitales son la segunda actividad de formación docente más necesaria en secundaria (el 18% de los docentes señalan esta necesidad), y también se observa que, 4 de cada 10 docentes no han participado en ninguna actividad de formación relacionada con las TIC en los 12 meses anteriores en la encuesta.
Fecha de publicación: 23/11/2020