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LA REPÚBLICA CHECA: "Reflexiones pedagógicas sobre infancia y periodo estival"
LA REPÚBLICA CHECA: "Reflexiones pedagógicas sobre infancia y periodo estival" 29/07/2016
"Desde el Col·legi de Pedagogs se reflexiona alrededor del cuidado de los niños/as -sobretodo los más vulnerables- durante el periodo estival. Poniendo énfasis en el Agosto en el que la atención socioeducativa y lúdica de actividades organizadas por entidades públicas y sociales menguan sustancialmente. Una circunstancia que afecta directamente a las familias con dificultades que no pueden garantizar los mínimos básicos para sus hijos e hijas.
Un año más con el verano comienzan las vacaciones escolares. Los niños/as están deseosos de liberarse de las aulas, de correr y distraerse. De jugar al aire libre y cambiar definitivamente la manga larga por la corta o los tirantes, la pesada ropa de invierno por la ligera ropa estival.
De hecho todos, todos, esperamos la llegada del verano. Lo asociamos con vacaciones. Seguramente porque nos viene a la memoria nuestra propia infancia y el calor nos despierta todavía más profundamente las ganas de descanso, de fiesta o de esparcimiento.
Lo más sorprendente es que el tópico no se cumple. Y con eso no nos referimos al hecho que niños y niñas no vayan a la escuela. Este es un hecho irrefutable. Poco antes de San Juan las escuelas cierran. Y los niños/as quedan a la "intemperie". En el desierto estival escolar los padres deben haber previsto alternativas de cuidado para sus hijos e hijas. Sencillamente porque en verano el trabajo continúa y son muchos los padres y madres que tienen que seguir trabajando, o encuentran trabajo precisamente en verano en un momento en que el trabajo escasea y es muy precario. Porque las vacaciones escolares son mucho más largas que cualquiera de las vacaciones que puedan disfrutar los adultos.
Entonces justo a una semana de acabar el curso vienen las prisas, sobretodo porque hay muchas familias con cuestiones sobrevenidas de baja economía y/o situaciones de pobreza que no han podido prever -cuando era tiempo de inscripciones- actividades de tiempo libre durante este periodo. Entonces ya es tarde. Las actividades están llenas. Y las alternativas limitadísimas, cuando todavía hay.
Esta es la desgracia cuando los padres trabajan -o mal trabajan-. Cabe decir, que como en otros ámbitos, tener recursos permite alternativas y opciones. Porque efectivamente las actividades de verano no son económicas. Por este motivo tampoco están al alcance de los bolsillos más modestos, de las familias en situación de pobreza -trabajen o no trabajen-. En este sentido el esfuerzo de ayuda de las administraciones a las familias con menos recursos es muy heterogénea y diversa. Muchas actividades de verano nacen de la iniciativa privada y de la ayuda que se proporciona a la familia es individual. Entonces, ¿falta una estrategia en el ámbito del tiempo libre, que identifique hacia qué modelo queremos ir? ¿Qué valores y qué ética se impulsa en las diversas actividades lúdicas para niños/as y adolescentes que se ofrecen en época de tiempo libre? ¿Cómo garantizar que todos los niños/as, especialmente los más vulnerables, tengan acceso?
La actividad estival de casales y colonias parece todavía una acción educativa de segunda, tal vez por el hecho de ser lúdica. Todavía tiene la consideración de ser algo extraordinario, de ser prescindible. En el curso de la sequía estival, la actividad lúdica cumple funciones de cuidado delegado y complementario a las familias. Cuidado educativo. Muchas veces sustitutoria frente a la ausencia de padres cuando el trabajo - el verano puede ser una oportunidad de acceder a un trabajo- les impide coincidir con los hijos los días de verano. Es primordial recordar que los aprendizajes no se producen solamente en el contexto escolar. Algunos de ellos, todavía más significativos, se producen en la interacción personal en espacios no reglados. Tirando de memoria. ¿Qué valoramos como más significativo?la explicación del maestro de algún concepto que nos cautivó, o la emoción compartida por ser capaz de construir una cabaña o lograr un hito con los amigos con quien hemos coinicidido jugando.
Nos olvidamos a menudo de que los niños/as -todos los niños/as- lo son todo el año, sea la estación que sea. Y para las familias que tienen dificultades el verano pone más de relieve su fragilidad y falta de recursos. La ausencia del entorno cotidiano, la escuela o guardería y su interlocutor habitual, el maestro, deja un vacío que puede transformar el verano en una travesía por el desierto. Todavía queda para que la oferta lúdica estival pueda cubrir muchas de estas situaciones. En especial en Agosto.
Esta discontinuidad entre el curso escolar y el verano, y el carácter voluntario de las actividades estivales hace que en muchos casos, los niños y niñas queden parte de los días sin alternativas de cuidado. Entonces la improvisación y la delegación se imponen. Suerte tienen los que pueden contar con familia extensa capaz de asumir la tarea. Es así como las diferencias de contexto familiar y socioeconómico acaban por condicionar también las vacaciones de verano.
A nuestra sociedad todavía la queda mucho recorrido para proporcionar un soporte de carácter estratégico y más extendido para apoyar la m/parentalidad de niños/as y adolescentes, también en verano. Tal como decía el lema; “Todos son niños nuestros” También en verano.
Estas reflexiones ponen sobre la mesa la necesidad de considerar el tiempo libre y ocio como una actividad tan importante como la escolar y que se debe adaptar a las necesidades sociales de cada momento, de cada contexto. En este sentido la psicopedagogía, desde la vertiente social, alerta del vacío que se produce en los meses de verano, especialmente en agosto, para los niños los que en sus familias, en situación de vulnerabilidad, no pueden sostener los recursos básicos para que disfruten de un verano de ocio como el resto de niños/as."
Fecha de publicación: 29/7/2016