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REFLEXIONES: PEDAGOGO/PSICOPEDAGOGO EN PUNTOS DE ENCUENTRO
REFLEXIONES SOBRE EL PEDAGOGO Y PSICOPEDAGOGO EN UN PUNTO DE ENCUENTRO
ROSER ALEGRE I MARTIN[i]
Colegiada núm. 1521
Barcelona, Enero 2015
En un debate sobre los Puntos de Encuentro y el rol del pedagogo y psicopedagogo, se identificaron más preguntas que respuestas en un espacio donde las actitudes y emociones están a flor de piel las 24 horas del día y modifican conductas y pensamientos, que se convierten en FACTORES DE RIESGO.
A las 17h encontramos en el Col·legi de Pedagogs, cuatro personas del Grupo de Trabajo de Pedagogía Social, con quien hablamos larga y animadamente sobre pedagogía y psicopedagogía donde compartí mi corta, pero intensa, experiencia como psicopedagoga en un punto de encuentro, un servicio que tiene por objetivo facilitar la interacción padres-hijos preservando los Derechos de los padres en el ejercicio de su rol, y sobretodo los Derechos del Infante pensando en su bien superior.
Y pese a la definición de este espacio, donde se quiere preservar el rol de padre/madre y por lo tanto el rol educativo que tiene, el pedagogo/a y psicopedagogo/a no está contemplado como profesional de este servicio. Pero volvamos a la definición, dice que se quiere preservar el rol, pero ¿qué rol? ¿El rol que utilizaban el padre/madre que los condujo a la separación de sus hijos?
En todo este conflicto de separación que se está viviendo dentro de estas familias en crisis, ¿algún servicio está OFRECIENDO pautas de crianza alternativas a los adultos? ¿Se les ORIENTA en su paternidad? ¿Se les ACOMPAÑA en la comprensión de sus acciones y la repercusión de las mismas en los infantes? ¿Se da SOPORTE a los infantes dando herramientas para encarar situaciones límite en su día a día?
Los puntos de encuentro, según el Decreto 357/2011 tienen que poner un espacio físico donde se puedan encontrar las familias. Informar si hay problemas. Evitar que se vean las partes adultas en conflicto. Y esperar que la cosa funcione. Y si no funciona informar. Y mientras tanto actúan todas les emociones posibles: la ira de los adultos, la tristeza de los infantes, la manipulación de los adultos, la sobreexposición a actuaciones límite para los infantes, la inseguridad, temores y ansiedad de los infantes, etc. Actitudes y emociones que actúan las 24 horas del día y modifican conductas y pensamientos, que se convierten en FACTORES DE RIESGO y no de protección.
Y esta es otra pregunta, ¿qué hacen los padres, madres e hijos con estas emociones? ¿Durante los meses que determina la sentencia -seis o más- se les ayuda a entenderlas y gestionarlas? Se modifican les pautas de crianza que les llevaron a esta situación límite y que afectan negativamente a los infantes?
¿Y estas pautas no las debería dar un pedagogo/a o psicopedagogo/a? ¿ Por qué no son contempladas? Dada la definición, se debería esperar un profesional de este perfil.
Acaba,mos el encuentro identificando más preguntas que respuestas. Lo que sí que concluimos es que se debe hacer hervir la olla con todas las reflexiones posibles de los profesionales que conocen el tema y hacer aportaciones positivas que conduzcan a una mejora del bienestar de este perfil de familias, de personas, de padres, madres e hijos.
[i] Psicopedagoga, membre del Grup de Treball de Pedagogia Social del Col·legi de Pedagogs de Catalunya.
Fecha de publicación: 29/1/2015