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ÉTICA Y PRÁCTICA PROFESIONAL

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LA ÉTICA EN LA PRÁCTICA PROFESIONAL (*)


EVA FONT GARCÍA (**)

Colegiada 727

Palau de Plegamans, mayo 2013



La moral y la ética son instrumentos que generan las sociedades para poner límites y condiciones entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer.  Herramientas que es preciso diferenciar para abordarlas: la moral tiene que ver con la experiencia vital de la persona y la ética con el ejercicio profesional.


La cultura ha ido produciendo maneras de regular la vida social, normas y valores que han ido cambiando según las épocas. Estas  maneras posibilitan límites y permiten una serie de condiciones que se encuentran entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer.

 

Para introducir el tema, es necesario tratar la diferencia entre ética y moral. La moral está en relación con el sujeto y la ética tiene que ver con la formación del profesional. Es decir, la ética del profesional es una práctica sostenida en decir no al individuo. Todo aquello que tiene que ver con la persona y que generalmente lo clasificamos como lo que “está bien o está mal” no son herramientas que se utilicen cuando trabajamos.

 

La moral tiene que ver con la experiencia vital del sujeto, con su educación, con su cultura, en cambio, la ética tiene que ver con conceptos, con una teoría, no con una persona en concreto.

 

Por tanto, el profesional ha de escuchar, no con lo que opina, no con su vivencia personal sinó con su formación, todo lo que le impulse a la libre circulación del gozo de saber.

 

La ética del profesional se rige por unas herramientas que son metódicas y no normativas. Las herramientas no se generalizan dado que cada caso es singular, cada persona es singular, con su propia historia, sus propias dificultades y su propia manera de resolverlas. Generalmente hay una confusión entre el método y las herramientas a utilizar en el trabajo.

 

La ética no puede quedar enmarcada en un estricto campo teórico-académico que autorice su acto. Lo que autoriza el acto es la formación contínua, la supervisión de la práctica profesional y el análisis personal.

 

El problema del acto en el trabajo es la singularidad de cada caso. No podemos aplicar normas porqué no se puede anticipar lo que le pasa a la persona. Si anticipamos, ya tenemos una idea preestablecida, tendemos a escuchar con la etiqueta que le hemos puesto, y por tanto, dejamos de escuchar.

 

La potencia de actuar tiene que ver con el deseo del profesional a implicarse en su tarea, en formarse, crecer, aprender de los errores...

 

Un pedagogo/a, un psicopedagogo/a que trabaja en la producción de la subjetividad tendría que considerar que la educación y el crecimiento también tiene que ver con ellos mismos, con la propia articulación que hagan con el saber, dado que no es suficiente producir una transformación acumulando conocimientos.

 

A diferencia de otras situaciones, en los procesos de aprendizaje, en los procesos terapéuticos, la persona implicada despliega su situación personal, su historia, sus dificultades. Por tanto, los vínculos que se establecen entre el profesional y el sujeto son esenciales para el crecimiento. Este proceso de vinculación, que Freud lo nombró transferencia[i] es de suma importancia, ya que el sujeto deposita en la relación sus sentimientos, expectativas, experiencias previas, maneras de actuar y relacionarse con otro, particulares en cada caso.

 

Es por esto que el profesional ha de tratar este material con mucho cuidado, sabiendo que el espacio que posibilita, ha de poder facilitar el propio tiempo del sujeto, la propia manera de elaborar y resolver los obstáculos.

 

En la filosofía de Spinoza[ii], el esfuerzo ético consiste en transformar las pasiones tristes en pasiones alegres y éstas en acciones. Esto no implica que la tristeza se tenga que suprimir. La tristeza es un componente humano que tiene una función y que permite pasar a una potencia mayor al actuar, y a la vez producir un progreso en la escala del conocimiento.


[i] Freud Sigmund. Sobre la dinámica de la transferencia, 1912. Tomo XII, Editorial Amorrortu.

[ii] Baruch Spinoza. Del origen y naturaleza de los afectos. Ética III, Edición a cargo de Vidal Peña, Filosofía Alianza Editorial.


(*) El artículo puede ser reproducido, citando la fuente y el autor/a.

(**) Pedagoga, psicopedagoga y psicoanalista. Miembro de la Red de Expertos del COPEC y del Grupo de Trabajo de Salud, Teraéutica y Calidad de Vida. Consulta de Psicoterapia http://www.consultapalau.com/

 

Fecha de publicación: 6/5/2013