M. Teresa Gàmez, pedagoga
y vocal de Pedagogía y Escuela del COPEC.
"A
veces, de manera inconsciente, tendemos a fijarnos en lo que creemos que los
hijos de los demás hacen bien o mejor que los nuestros. Otras veces,
proyectamos nuestras propias frustraciones o expectativas sobre ellos."
"Nuestro
papel debe ser de acompañamiento sin exigencia. Facilitar y crear ambientes
donde de manera natural se vaya practicando este aprendizaje instrumental sin
mirar a los demás y centrándonos en nuestros hijos, siguiendo las
recomendaciones de los maestros y pedagogos/as."
"Es
importante priorizar el bienestar emocional de nuestros hijos, valorar de
manera positiva todos los aprendizajes que van adquiriendo y evitar fijarnos
únicamente en la adquisición de la lectoescritura."
"Debemos
eliminar de nuestro pensamiento la idea o creencia de que si no lo hace todo
bien a la primera, no está aprendiendo o no es inteligente. En este sentido, es
lo contrario: para tener una buena adquisición del aprendizaje, es necesario
respetar y seguir el proceso. Debemos dejar que sean capaces de comprender, repetir
o practicar para consolidar lo que están aprendiendo."
"Participar
en grupos interactivos con maestros y familias promovidos por el mismo centro
puede ayudar a reducir la competitividad entre iguales y adultos. Si no lo
hacemos, ¿qué ocurre? Lo único que conseguiremos son niños frustrados,
inseguros y con baja autoestima."
"No
hay un día marcado en el calendario con un círculo rojo en el que los niños
aprenden a leer y escribir: la edad como tal dependerá de la maduración
neurológica de cada niño/a. Según esto, unos aprenden a leer antes y otros
después. Hay baremos estandarizados que indican que entre los siete y los ocho
años deben haber adquirido una lectura automatizada. Pero no siempre es
así".
"Teniendo
en cuenta que para leer y escribir se necesita una instrucción adecuada en la
que el niño/a debe estar preparado madurativamente, es importante que tenga
consolidadas las primeras etapas para pasar a las siguientes. Cuando no es así,
se frustran o rechazan la instrucción".
"Además,
no todo es perfecto: en algunos casos, puede haber dificultades de aprendizaje
que ralentizan la adquisición o el rechazo. En este caso, cuando se detecta un
año de retraso según curso y edad (a partir de tercero), se recomienda
investigar por qué ocurre e intervenir en ello."
"Es
necesario ser conscientes de que cada contexto es diferente, acoger de manera
positiva la diversidad que pueda haber participado de manera activa en las
actividades de la escuela y creyendo en el ideario pedagógico y proyecto del
centro. Es recomendable estar informados y conocer la metodología que emplea
para seguir practicando en casa, y seguir los consejos, pautas o recomendaciones
que nos pueda dar el tutor/a de nuestro hijo/a".
