Joan Gamero, vocal de Pedagogía y Escuela del COPEC, participó en el programa EL MATÍ A RÀDIO ESTEL
"Estamos hablando en genérico y quiero dejar claro que de 10 jóvenes, tal vez 3, son los que no tienen problema en aceptar la frustración, que ya es un tanto por ciento elevado, lo que pasa que cuando hay una minoría, marca diferencia la mayoría. A mí no me gustaría poner a todos los jóvenes dentro de este grupo, pero sí es cierto que hay jóvenes que tienen un crecimiento y una competencia emocional muy vinculada".
"La idea que tenemos nosotros es que vemos muy claro cuál es la imagen social y cuál es la imagen real. Cuando los jóvenes quieren que su imagen social, que no es cierta, sea la predominante, siempre mantenemos problemas. Tenemos jóvenes que por su trayectoria personal son jóvenes multi-faenas, hacen varias cosas a la vez, por tanto, no se concentran y no llegan al límite".
"Son jóvenes que han crecido en un entorno familiar, que es lo que denominamos los pedagogos/as como el síndrome del emperador, son jóvenes que de pequeños fueron el centro de la familia y del entorno, que se les escondía de todo lo que les podía causar cierto sufrimiento, sin dejar que se pudieran equivocar. Los padres y madres solucionaban los problemas sin dejar al alumno como parte principal".
"Pedagógicamente, pienso que hay dos puntos importantes para la evolución: debemos acostumbrar a nuestros jóvenes a que sean persistentes con lo que hacen y que tengan paciencia. Tenemos generaciones que no son pacientes".
"Siempre hablo desde la experiencia y de como teníamos antes a los jóvenes en las aulas y como los tenemos ahora. Los especialistas tienen cada vez más claro que el uso del móvil hasta los 16 años no es adecuado, y lo cierto es que niños/as de 8 o 9 años ya tienen".
"Hay ciertas cosas que nos llevan a un espacio que nos hace fallar y estos jóvenes no entienden por qué no pueden conseguir ya lo que quieren, y es cuando se produce una bajada de autoestima. Resulta que se está dando una imagen en las redes sociales que no se adapta a lo que está pensando y aparecen los problemas de salud mental. Es como una rueda".
"Creo que se trata de un tema de valores y modelos familiares. La familia ayuda mucho a las generaciones porque dan una serie de herramientas y de valores. El problema de la juventud de hoy en día es la concepción de la vida. Hemos educado con toda la buena intención del mundo en sobre proteger a nuestros hijos/as. No los hemos preparado para la frustración ni el conflicto. Pedagógicamente, el conflicto es el motor del cambio, si quieres evolucionar, debes afrontar situaciones delicadas".
"Con los móviles los conflictos han pasado de durar 5 o 6 horas a 24 horas, y esto el adolescente no lo entiende. Es una situación en la cual debemos aprender todos, escuchar a los especialistas y saber que si nuestro hijo/a se equivoca, es él o ella quien debe hacer su vida".
"Como pedagogo y director de escuela, pienso que es importante la competencia emocional. Las escuelas trabajamos la competencia emocional y cada vez se trabaja más en la secundaria. Es una forma de evitar conflictos".
"Cuando hablamos de frustración, comporta ira y agresividad, sobre todo en la adolescencia. Es importante trabajar con los orientadores/as educativos/as que trabajan en institutos y hacen que los alumnos puedan poner nombre a sus emociones. Para poder solucionar una cosa, la debes conocer".
"La educación emocional es vital, pero las generaciones de adultos con una educación tradicional empleaba esconder los sentimientos y emociones y ahora cuesta mucho ponerles nombre".
"A los padres y madres les explico que la educación es como una balanza; en una parte están los contenidos, y en la otra la persona. La buena noticia es que la educación emocional se puede aprender, por tanto, una escuela del 2023 debe tener un programa de competencia emocional, ya que es lo que ayudará a formar personas".
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