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L. PINILLA: "PRIMERA INFANCIA, ACOMPAÑAMIENTO A LAS FAMILIAS Y PEDAGOGÍA"
Laia Pinilla Monclús1Colegiada número 2075Sant Climent de Llobregat, 10 de junIO de 2020
“La educación de un niño3 empieza veinte años antes de su nacimiento” (atribuida a Napoleón Bonaparte).
Sin duda, la referencia principal en la parentalidad
es la experiencia vivida en la propia familia. Mucho antes de criar, ya
hemos asumido patrones, bien para reproducirlos o bien para
desestimarlos, según aquello que hemos vivido en casa y que condicionará
cómo educaremos a nuestras criaturas.
En las últimas
décadas, los cambios sociales han removido el modelo de familia
tradicional y su percepción y posición acerca de la crianza. Hablamos de
cambios en los roles de género, de convivencia (mucho más centrada en
el núcleo familiar), movilidad geográfica, avances científicos, acceso a
la información…
Por otra parte, pese a que todavía queda
mucho trabajo que hacer (como nos está demostrando la situación de
emergencia actual), se ha avanzado en el reconocimiento de la infancia
como una etapa que es necesario preservar y de los niños como sujetos de
pleno derecho (Convención sobre los Derechos de los Niños/as, 1989).
En cualquier caso, la familia -diversa- sigue siendo el primer agente educativo y socializador del niño/a.
Ahora
bien, en una sociedad con un carácter que tiende al individualismo y
que cambia vertiginosamente, a menudo las familias no reconocen o están
faltas de referentes cercanos y de experiencias previas en relación con
la crianza.
Desde la concepción (suplementos vitamínicos,
tratamientos de fertilidad…) o la adopción (test y entrevistas, viajes
al otro lado del mundo…) hasta la adolescencia, podemos encontrar
numerosos ejemplos de situaciones en las cuales las familias se sienten solas e inseguras.
“Para criar a un niño, se necesita toda la tribu” (proverbio africano, parece ser)
¿Qué
tribu? Años atrás, cualquier adulto se creía en posesión de autoridad
para intervenir en la educación de los niños y niñas de su barrio o
comunidad. Por diferentes razones, la crianza y la educación de los
niños, para bien o para mal, se ha ido concentrando, principalmente, en
el si de la familia nuclear. Todo el mundo educa, pero desde el modelo.
La intervención tiene límites.
¿La tribu se ha
desvanecido? ¿Ya no la necesitamos? Es necesario que las familias
dispongan de una red social de apoyo en su proceso de crianza. La
función de esta red no es solamente la de facilitar la conciliación,
sino que tiene una importancia primordial para hacer posible el
aprendizaje compartido a partir de las experiencias de unas y otras,
ampliando las posibilidades y la mirada ante las decisiones tan
cotidianas como trascendentales que nos plantea este momento vital. La
red social sostiene cuando hay una caída, abraza la familia cuando hay
dificultades, hace posible el apoyo entre iguales y aporta seguridad.
¿Dónde queda la pedagogía?
La
atención y el acompañamiento a las familias está presente tanto en el
contexto educativo como en el contexto social y la figura del pedagogo/a
tiene su papel. En este caso, en el contexto educativo, hablamos de los
servicios educativos para primera infancia y familias, y la relación
familia-escuela. En el contexto social, entre otros, están las entidades
de apoyo a la crianza.
Los servicios educativos
destinados a la primera infancia son, principalmente, las escuelas
infantiles y los espacios familiares. Nos encontramos en el primer ciclo
de la etapa de educación infantil, el 0-3, una etapa con identidad propia, no obligatoria pero necesaria.
Hablamos
de edades muy tempranas en las cuales la familia es indisociable del
niño y la práctica pedagógica impacta sobre ambos. En el caso de los
bebés, el éxito en la lucha por un permiso parental digno de mínimo 9
meses, debería llevar a la evolución de los grupos de lactantes hacia
modelos cercanos o iguales a lo que hoy conocemos como espacio bebé.
En
esta línea, el espacio bebé, familiar o el espacio de juego, son
servicios que acogen a los niños y a sus adultos de referencia. Ofrecen
la posibilidad de encuentro entre familias con criaturas de edades
similares, enriqueciéndose con el intercambio de experiencias y contando
con el acompañamiento de profesionales como pedagogas y pedagogos.
El
personal educativo que atiende a las familias en estos espacios realiza
una tarea de asesoramiento, atención, orientación, detección,
intervención, derivación, si fuera el caso, a partir de la observación,
la disposición y disponibilidad, la escucha y la conversación.
Por
otra parte, la escuela infantil ha avanzado considerablemente en la
toma de consciencia de que no solamente asume una tarea educativa
compartida con las familias, sino que es imprescindible abrir sus
puertas y hacerlas partícipes de aquello que se vive dentro del centro,
de hacer suya la escuela.
En este sentido, la relación y
la participación de la familia en la escuela todavía es un reto. Es
imprescindible tener presente a la familia, única y particular, que hay
detrás de cada niño y que, sea como sea, es su referente principal.
Hacer posible una participación auténtica, el partenariado familia-escuela
(Blanch, S., 2019 en Pinilla, L., 2019)2, pide darle la vuelta a
concepciones y formas de hacer que ya son obsoletas. Es necesario
eliminar barreras culturales, políticas, actitudinales, de organización y
psicológicas. En este camino, el asesoramiento psicopedagógico en los
centros puede ser un recurso valioso para avanzar.
En el
contexto social, cabe destacar el papel de las entidades de apoyo a la
crianza. Los grupos de apoyo a la lactancia, los grupos de ayuda mutua o
grupos de crianza inclusivos, entre otros, tienen en común el profundo
respeto por los derechos de la infancia y la convicción que es necesaria
una crianza compartida.
Dentro de las entidades o de
manera autónoma, el asesoramiento pedagógico en el ámbito familiar tiene
la finalidad de empoderar a la familia, acompañándola para que llegue a
sentirse capaz y competente sin crear jamás una relación de
dependencia.
Cuando pedagogas y pedagogos acompañamos a las familias, en cualquier contexto, debemos caminar a su lado mientras van encontrando su camino y, si todo va bien, llegaremos a un cruce en el que nos vamos a despedir. La despedida de una familia que se siente fuerte, capaz y competente es el éxito del asesoramiento.
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1 Laia Pinilla, pedagoga i técnica d’educació infantil, membre de la Xarxa d’Experts del Col·legi de Pedagogs de Catalunya, col·legiada núm. 2075, fundadora de COSETES DE NO RES: Pedagogia i Criança https://cosetesdenores.cat/2 Pinilla, L. (20/09/2019) Participació de les famílies a l’escola: un repte. Cosetes de no res [Bloc] Recuperat de https://cosetesdenores.cat/2019/09/20/participacio-de-les-families-a-lescola-un-repte/
3 Se usa el término niño como equivalente de infant, sin atribuirle sexo/género
Fecha de publicación: 10/6/2020