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LOS NIÑOS Y NIÑAS TIENEN QUE MOVERSE
LOS NIÑOS Y NIÑAS TIENEN QUE MOVERSE
M. Concepció Torres Sabaté[i]
Reus, 26 de Agosto de 2016
Un niño que de pequeño "no para" no quiere decir que tenga que ser hiperactivo, tiene que preocupar más el que se mueve poco. Si el entorno es equilibrado el niño, sea tranquilo o movido, es feliz. La pedagogía y la psicopedagogía puede mejorar este equilibrio. Diagnosticar y medicar tiene que ser la última opción.
Los niños, desde los primeros meses descubres el mundo, se descubres a sí mismos y a los otros a través del movimiento y lo que tenemos que hacer los adultos es acompañar todo su proceso de crecimiento, dejando espacios para que este descubrimiento que hacen no quede bloqueado por el propio carácter de los adultos (sentarlos ya con dos o tres años muchas horas delante de una mesa y una silla, por ejemplo...).
Un niño que de pequeño “no para”, no quiere decir que sea o tenga que ser hiperactivo, sino al revés, tal vez nos debe preocupar más el niño que no se mueve o se mueve poco. El movimiento es la primera fuente de estimulación y descubrimiento, por lo tanto es muy necesario motivar la actividad.
Es cierto que hay niños muy movidos y otros muy tranquilos, pero si se detecta una pasividad o movilidad excesiva tenemos diversidad de herramientas para poder trabajar con el niño, antes de llegar a una medicación. Por otro lado, no podemos diferenciar entre niños/niñas, el género no tiene nada que ver con que sean más o menos movidos o tranquilos. Los niños si tienen un entorno equilibrado son felices tanto si son tranquilos como movidos, es necesario cuidar este entorno para que sea así.
Actualmente hay muchas escuelas que trabajan la relajación, el yoga, la cinesiología, que en definitiva son mecanismos para buscar un equilibrio en el aula y mejorar la capacidad de atención de los niños, ya que muchos están dispersos por ser considerados "muy movidos", pero otros simplemente porque el mundo que les envuelve es también muy disperso.
Es difícil poder especificar si el hecho de ser movido o tranquilo puede afectar
al carácter y/o al desarrollo intelectual, habría que ver si hay estudios hechos sobre este tema, ya que si se trabaja con los niños y jóvenes el contraste, a quien es movido le ofrecemos estrategias para calmarse y quien es muy pasivo estrategias para pasar a ser más activo, pueden ser personas perfectamente equilibradas y con un crecimiento personal correcto, sin complejidad.
El hecho de ser movido no quiere decir que sea más curioso y que el que es más tranquilo que no tenga interés. Lo que hace que la persona tenga o no interés será su propio entorno, este es quien le ayudará a ser más o menos curioso, pese a que pueda haber algún factor genético.
Desde la pedagogía, la psicopedagogía y la psicología, podemos colaborar
para mejorar la situación de los niños y jóvenes que buscan este equilibrio, pese a que es cierto que en algunos casos hace falta llegar a una medicación específica, pero eso debería ser la última opción. Actualmente se comenta que hay un exceso de diagnósticos de hiperactividad, tal vez sí, o tal vez es que los niños movidos nos complican nuestra actividad diaria...es muy importante que desde el sector médico también estudien otras posibilidades antes de llegar a la medicación.
El teatro, por ejemplo, es una herramienta pedagógica muy importante para los niños y jóvenes, ayuda a activar a aquella persona más tímida y/o pasiva y a calmar a la más movida, todo a través de un juego de personajes para interpretar. Otra herramienta que puede servir a todo tipo de niños es el deporte y/o la danza, a través de estas actividades hay una descarga motriz muy necesaria en el crecimiento de la persona.
Es muy importante dejar moverse a los niños en sus primeras edades, ya que mientras lo están haciendo se están desarrollando y descubriendo sus propias capacidades y limitaciones. Este aspecto lo tienen muy en cuenta las escuelas alternativas que han ido creciendo en Catalunya. Recuerdo la frase de un director
territorial de enseñanza que en una conferencia dijo: “Hemos tenido que inventar la psicomotricidad porque hemos prohibido subir a los árboles". Creo que esta frase nos puede ayudar a replantear la importancia que tiene el movimiento en el crecimiento del niño.
Socialmente hacemos a las personas más pasivas y eso genera algunos trastornos como la obesidad, la angustia y otras patologías que tienen más que ver con la psicología que con la parte física. Cuando a un niño que necesita moverse más que la mayoría le queremos hacer estar quieto, le generamos una problemática física y mental que puede acabar con una medicación, por eso es muy importante buscar alternativas para este colectivo.
No hace muchos días por las noticias se comentaba que en un instituto se estaba probando un mobiliario que permite moverse, (unas mesas altas con taburetes...) y que te permite trabajar de pie o sentado según te convenga. Todo porque eso mejorará su salud física y mental, ya que cuando se trabaja se necesita estar cómodo y esta comodidad puede ayudar a mejorar la atención.
Nos debe preocupar tanto un niño que se mueve mucho como el que no se mueve, sobretodo cuando esto comienza a afectar a los aprendizajes, y esto no quiere decir leer y escribir, que también. Se tiene que observar al niño desde que nace y cómo va evolucionando su movimiento y cómo este le hace descubrir el entorno, es necesario trabajar mucho toda la motricidad gruesa y fina de 3 a 5 años y se necesita la colaboración de la familia, la escuela, y si hace falta la médica cuando se han agotado múltiples opciones como las que hemos comentado en este artículo, y otras que los profesionales ponen en marcha en su día a día.
Algunas cifras nos dicen que entre un 2% y un 5% de la población infantil sufre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y se comienza a
manifestar hacia los 7 años, por eso es muy importante todo el trabajo psicomotriz antes de esta edad, pero después creo que se debería de continuar ya que podría
ayudar al niño.
Actualmente la “Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de
Atención e Hiperactividad (Feaadah)” colabora con las familias, médicos,
profesorado, etc. para mejorar los tratamientos y la calidad de vida de las
personas con esta patología.
El TDAH tiene como tres características muy relevantes:
- Hiperactividad: se mueve de forma inapropiada, en exceso y habla mucho.
- Impulsividad: actúa sin pensar, interrumpe y le cuesta esperar su turno.
- Déficit o falta de atención: se distrae con facilidad, no se concentra, no acaba las tareas, pierde y olvida los objetos necesarios para hacer las actividades.
Son algunos aspectos a tener en
cuenta si se manifiestan todos. También es muy importante que en los primeros vínculos del niño se le enseñe a aceptar el "no" y el "saber perder" y aceptar la equivocación, estos vínculos son la base de la estructura de su personalidad, si las abordamos durante la primera infancia tenemos posibilidades de prevenir este tipo de trastorno.
Si tenemos en cuenta muchos aspectos comentados, la farmacología sería solo un elemento a considerar después de un tratamiento psicoterapéutico y de trabajo interdisciplinario.
Fecha de publicación: 26/8/2016