El mundo cada vez más nos plasma sus ideales culturales en imágenes: solo basta prestar atención a la publicidad, las películas, la tendencia en las redes sociales, etc. Imágenes congeladas que miramos incorporando que aquí está la felicidad. Y, por eso mismo, deseamos ser este de la postal, del selfi, y lo intentamos, una y otra vez. Nos lanzamos así en la busca de encuentros, de experiencias, con el fin de cristalizarlos en varias fotos, divulgarlas y, así, sentirnos perteneciendo a una comunidad, a la de los felices. Sin embargo, cuando estamos aquí, posando para la foto, la sensación interior es otra muy diferente. La repercusión del fenómeno de la imagen de la felicidad es amplia, no solo toca la experiencia interior, sino que repercute también en las formas de vinculación. Quiero encontrarme con el otro, pero el encuentro tiene que ser perfecto, como se ve en estas fotos. Así, las diferencias, los desacuerdos, la singularidad, no tienen cabida, son fuente de angustia, de malestar, de incertidumbre, y producen desorientación. ¿Qué fenómenos psíquicos se activan en estas formas de vinculación?, ¿como se pone en juego el narcisismo en la busca de la foto perfecta?, ¿estamos, también en nuestra vida fuera de las redes, vinculados o solo hiperconectados? En la charla, de una hora de duración (aprox.), la psicoanalista Silvina Fernández abordará aspectos relacionados con este fenómeno y ciertas implicaciones subjetivas que cada vez están más presentes en el social.

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